3.5

Fuerza denomina ese movimiento o tránsito, que tiene dos momentos: la manifestación o exteriorización de ella (en materias libres o autónomas) y el retroceso [o repliegue] como fuerza contenida o fuerza [poder o facultad] propiamente dicha.

Ahora bien, la diferencia entre los momentos está en el pensamiento.

La fuerza es lo universal incondicionado, [el pensamiento de] algo que lo que es para otro lo es en sí [potencia activa]; dicho de otro modo: la diferencia tenida por uno mismo. Aquí la manifestación es tan sustancial como la fuerza [o poder]. Tiene dos lados autónomos, pero es el todo. [La fuerza es el medio-uno].

Hay que considerar el movimiento del hacerse autónomos los momentos y suprimirse/superarse entonces.

Este movimiento [¡atención!]] no es otra cosa que el movimiento del percibir, en que el percipiente y lo percibido resultan uno, pero quedan igualmente vueltos para sí.

Aquí, además, cobra forma objetiva el movimiento de 2, cuyo resultado aquí será el de que brota lo incondicionadamente universal como inobjetual, o interior de las cosas [anticipo de 3.11].

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