[Nuevo comienzo:]
Abandonemos esas representaciones (naturales), que son contigentes y arbitrarias y quieren librarnos del esfuerzo de la ciencia, y observemos la manifestación o aparición de la ciencia, aunque de entrada no esté justificada ella misma.
¿Qué es la ciencia? Es, parece, la pretensión de un saber absoluto. Hegel acepta que esa pretensión deba justificarse (hay que molestarse por alcanzar esa justificación, contra otros idealismos). Y no basta apelar al barrunto, en el saber no verdadero, de la ciencia.
Así que la ciencia precisa de una introducción (nosotros...). Nos proponemos la exposición del saber que aparece o se manifiesta (que deviene).
Hegel nos invita a que reconsideremos la relación entre la ciencia (la episteme platónica) y un saber de apariencias (la dóxa u opinión platónica) o aparente, ya que, a su juicio, son dos fenómenos que, a la larga, no pueden convivir.
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ResponderEliminarEn el segundo párrafo Hegel nos invitaba a confiar en la ciencia para mostrar que el escepticismo podía ser superado. En este párrafo se articula con mayor detalle la confianza como punto de partida en la ciencia cuando se plantea la posibilidad de hacer epistemología. Hegel plantea que relación mantiene la ciencia con lo absoluto en cuanto que la ciencia de manera intuitiva pretende lo absoluto o como en su aparecer contiene un tipo de saber.
ResponderEliminarEn el segundo párrafo Hegel nos invitaba a confiar en la ciencia para mostrar que el escepticismo podía ser superado. En este párrafo se articula con mayor detalle la confianza, como punto de partida, en la ciencia. Hegel se plantea la posibilidad de hacer epistemología y lo más importante, empieza a configurar un modelo de conciencia que hace inteligible la epistemología. Hegel plantea que relación mantiene la ciencia con lo absoluto en cuanto que la ciencia de manera intuitiva pretende lo absoluto o como en su aparecer contiene un tipo de saber. En mi opinión es un párrafo de transición que apunta a la tesis siguiente, es posible la epistemología porque la conciencia se encuentra en un incesante devenir hacia lo incondicionado, hacia lo Absoluto.
ResponderEliminarHegel anuncia que no se va a detener más en consideraciones de tipo de si el conocimiento es un medio o instrumento mediante el que aprehendemos la verdad o lo absoluto. De hecho, propone deshacerse de esas consideraciones (“lo mejor que podría hacerse sería tirar todo eso por la borda como ideas y representaciones contingentes y arbitrarias”) pues con ellas “no se está haciendo sino poner trabas a la ciencia”. No obstante, debemos advertir, esas consideraciones, desde el momento en que Hegel escribe, son desechables; sin embargo, son parte esencial de esas figuras que la conciencia ha de ir superando. Pues es la negación determinada de dichas representaciones lo que permite a la conciencia pasar a la siguiente configuración, negándolas y superándolas. Hegel, pues, está rechazando esas ideas en “su” momento, pero no está diciendo que hayan sido inútiles en momentos anteriores del devenir de la conciencia.
ResponderEliminarPor ello, Hegel va a cambiar de perspectiva y va a proponer examinar la ciencia en su aparecer, en el momento de su aparición, en su umbral. Esto que aparece, advierte Hegel, no es todavía la ciencia en el sentido de ser el saber absoluto; sin embargo, es por esto mismo (por no ser saber absoluto, sino simple conciencia natural, conciencia en bruto) por lo que empieza por ahí: porque se trata de examinar la ciencia / saber absoluto en o, mejor, desde su devenir o aparecer. Hegel quiere examinar el saber absoluto en su, digámoslo así, haber devenido en ello, examinarlo en sus distintas formaciones, los distintos rostros que ha presentado hasta elevarse a ciencia y hacer, así, “experiencia” de todas ellas, en conjunto, que es lo que forma el saber absoluto.
Las distintas fases que va a ir recorriendo esa conciencia, no lo olvidemos, son (las) distintas etapas de la historia de la filosofía. Dice Hyppolite que, aunque Hegel no nombra a nadie, está haciendo (entre otras muchas cosas) una historia de la filosofía, pero, no como “historiador” sino entendiendo la historia de la filosofía misma como un problema filosófico. Las distintas etapas que va a ir recorriendo esa conciencia en su devenir hasta elevarse a ciencia son las distintas concepciones filosóficas que se ha habido (Jiménez Redondo no deja de recordárnoslo en sus notas, cuando hace referencias a Platón, Aristóteles o Kant, entre otros). Así, la filosofía es la única disciplina en la que su historia es ya de por sí un problema (filosófico), pues, por ejemplo, la historia de la medicina no es un problema médico. Hegel va a encontrar un hilo conductor o va a subordinar esa historia de la filosofía a un telos: el movimiento o inercia de la conciencia en su elevarse a saber absoluto.