De entrada la conciencia (para la que el interior es puro más allá) es vacía... la nada del fenómeno (y, positivamente, lo universal simple). Este modo de ser del interior concuerda con el sentir de los que dan el interior por incognoscible.
Pero la razón de ello [de que sea incognoscible] es ésta: que eso interior es un vacío, viene definido precisamente como el más-allá de la conciencia.
Si no hubiera otra cosa, nos tendríamos que conformar con algo no verdadero (el fenómeno [1]) o llenar el vacío con ensoñaciones (fenómenos [2] que la conciencia engendra).
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