También aquí se distinguen yo y objeto, ambos ahora universales.
La percepción no es tomada como aparece, sino en la necesidad con que ha resultado [luego el examen del saber apareciente es el capítulo 1...].
Aquí el movimiento (el saber) y el objeto han devenido, esencialmene, lo mismo. Aunque aquél es el despliegue y éste el quedar (tomado) reunido. Para nosotros lo esencial es lo universal como mismidad de ambos.
Pero como están referidos el uno al otro, lo esencial y lo inesencial se distribuye [en la conciencia]: el percibir es lo inesencial y el objeto lo esencial [de nuevo].
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