Es un camino de desesperación (más que del que no está seguro de sí, el de quien viene a estar seguro de que no) o la consumación del escepticismo.
No se trata de despejar unas dudas. De, al final, dejar las cosas que estaban, aunque sobre más sólidos fundamentos.
Para empezar porque es un examen que afecta a los conceptos mismos (y no sólo a las afirmaciones hechas con ellos).
Tampoco es el recelo contra toda autoridad, en beneficio de la propia.
Hay que dirigir el escepticismo a la historia detallada de la formación de la conciencia. Es la única manera de someter a examen la verdad. Otros intentos más directos fracasan (cf. 0.2).
Critica, aquí, la idea cartesiana de producir un método para uno mismo (válido para uno mismo), cosa que solo lleva a la superficialidad de las cosas. Y entiende que el único modo de que el espíritu llege a examinar la verdad, es examinando a fondo todas nuestras convicciones, todo aquello que presuponemos o como dice Hegel: "las llamadas ideas, pensamientos y opiniones naturales".
ResponderEliminarCreo que entonces, dice, que es el espíritu el que debe autoexaminarse a sí mismo, examinar su verdad. Y pensando en esto me surge una pregunta:
¿El tránsito que propone Hegel para el espíritu sería el paso de la conciencia a la autoconciencia?
Hegel va a introducir a la “conciencia natural” en el “camino de la duda”. Éste no va a consistir ni en:
ResponderEliminar1. “el designio de no entregarse en la ciencia (por vía de autoridad) a lo que los otros piensan, sino de examinar todo uno mismo y no atenerse uno más que a sus propias convicciones” (Descartes)
2. ni en “producir todo uno mismo y no tener uno por verdadero sino el resultado de ese su propio hacer.” (Fichte)
El camino de la duda por el que Hegel va a hacer marchar a la conciencia natural consiste en una ampliación o extensión del escepticismo “a todo el radio de acción de la conciencia apareciente”, lo que dará como resultado “el consciente inteligir la no verdad del saber apareciente”. Esa conciencia natural que se tenía como saber (y/o concepto de saber), no es tal. Así, será cumpliendo o consumando el escepticismo de forma radical como la conciencia o “el espíritu queda en condiciones de examinar qué sea la verdad induciendo una dubitación y desesperación en las llamadas ideas, pensamientos y opiniones naturales [...] de las que todavía está llena y de las que todavía adolece la conciencia que se dispone a hacer examen”. Es decir, el escepticismo cartesiano o fichteano aún operaba con esas “ideas, pensamientos y opiniones naturales”. Sólo autoconsumando el escepticismo, hasta tal punto que los mismos conceptos se diluyan ante la duda, sólo entonces, la conciencia se verá a sí misma libre de examinar qué es verdadero.
La ciencia, pues, no es algo que una sustancia pensante o un Yo puedan producir desde sí; consiste, según Hegel, es una serie de etapas o figuras y configuraciones históricas por las que ha ido (y va) pasando la conciencia, el conjunto de las cuales la hace elevarse a ciencia.
La conciencia ha de llegar, pues, al “consciente inteligir la no verdad del saber apareciente” para poder seguir avanzado o desplegándose hasta erigirse en ciencia. Por este motivo dice Hegel – en el párrafo 7 – que esa conciencia natural que se tenía a sí misma por saber, ha recorrido un “camino negativo”, pero un camino que le lleva a una “negatividad determinada” – y que no es puramente negativo. Es decir, un camino en el que lo negado, lejos de situarnos en el vacío, en la nada, le da un contenido a la negación, (podríamos decir que le confiere un escalón, que antes no tenía, a la escalera que la conciencia va subiendo).
Es entonces cuando “ha nacido ya inmediatamente una nueva forma y en la negación queda ya hecho el tránsito mediante el cual se va dando por sí misma la marcha hacia delante mediante la serie completa de las figuras”. Es forzando al escepticismo de tal forma que casi sitúe a la conciencia en el vacío como se forma una nueva figura o configuración que aquélla ha de recorrer para elevarse a ciencia. El escepticismo es, pues, un escalón o etapa más que la conciencia ha de pasar.
De acuerdo a lo expuesto en párrafos anteriores Hegel toma como ejemplo de figura de la conciencia el escepticismo. Tal elección a mi juicio cumple dos objetivos. En primer lugar mostrar cómo funciona la conciencia en su devenir hacia lo Absoluto. En segundo lugar al revelar cómo es posible el escepticismo la epistemología se presenta como inteligible.
ResponderEliminarDe manera muy general considerare la conciencia natural en referencia al teatro interior, lo que se me aparece en la conciencia. Tal opción me ayuda a interpretar el párrafo en relación a dos interlocutores Descartes y Fitche como señalaba Vizcaino. Tanto Descartes como Fitche, comparten una visión del conocimiento basado en una distinción metafísica que distingue lo interno(la conciencia natural) y lo externo(objeto, cosa-en-si) cuando someto el contenido mi teatro interior a examen para poder comprobar la verdad de tal contenido necesariamente aparece el camino de la duda que se torna en camino de la desesperación.
Con respecto a Descartes, tomar la duda como propedéutica respecto de la posibilidad de conocimiento, implica la posibilidad del escepticismo y lo interesante es que tal camino de la duda ha de conducirnos al camino de la desesperación donde el escepticismo culmina. Es camino de desesperación porque necesariamente nos obliga a buscar elementos que justifiquen nuestros contenidos para que podamos hablar de su verdad. Aparece la necesidad de buscar algún tipo de autoridad que no pueda ser cuestionada por la obsesiva amenaza escéptica (podemos decir que la duda aparece como pensamiento obsesivo) que por la estructura conceptual del propio planteamiento nunca podrá ser repelida. Es más cuando Descartes considera que lo que aparece en nuestro teatro interior es el candidato a saber real y Fitche entra en escena para radicalizar la postura de Descartes dando lugar a un Yo elevado a la categoría de piedra filosofal. La noción de saber real se disuelve en las marismas del escepticismo de ahí que con tal posición el escepticismo se cumpla a sí mismo.
Lo realmente importante de la exposición anterior es que Hegel considera el desarrollo de Descartes y Fitche el desarrollo de la conciencia, es decir, aquí podemos ver cómo funciona la conciencia en su devenir, en busca de lo absoluto. La conciencia busca superar la figura del escepticismo sin olvidarnos de sus aspectos esenciales que nos permitirán en el futuro avanzar hacia nuevas figuras que tiendan hacia lo absoluto. Por lo tanto si la conciencia está sujeta al movimiento, sus figuras se ven sujetas a una constante revisión por lo que el escepticismo puede y debe ser superado.